martes, 16 de octubre de 2018


El punto de vista

 

Según Friedman, puede hablarse de ocho puntos de vista distintos:

 

Omnisciencia editorial: el autor goza de un ilimitado punto de vista; no sólo puede presentar, sino también criticar todos los acontecimientos y todas las reacciones, ideas y emociones de sus personajes.

 

Omnisciencia neutral: se diferencia de la anterior por la falta de intrusiones evidentes por parte del autor.

 

Omnisciencia múltiple y selectiva: no sólo desaparece de escena el autor con sus

comentarios personales, sino también cualquier narrador de la historia. Ésta brota

directamente de la conciencia de los personajes y es presentada tal y como ellos la

viven.

 

Omnisciencia selectiva: punto de vista único, limitado a la conciencia de uno solo de

los personajes

 

Yo, testigo: en primera persona un personaje nos narra una historia en la que no interviene más que como simple observador.

 

Yo, protagonista: el ‘yo narrador’ cuenta en primera persona la narración con el bagaje exclusivo de sus propios conocimientos, percepciones e informaciones.

 

Modo dramático: todo el relato se limita a lo que los personajes hacen o dicen, prescindiendo de lo que piensan, que deberá inferirse de su comportamiento.

 

Modo cinematográfico: punto de vista propio de los novelistas que han pretendido

transmitir sin aparente selección ni ordenación un slice of life, una tranche de vie, de

forma instantánea, sin mediación del aplazamiento narrativo.

 

Así pues, el punto de vista aparece como un elemento fundamental a la hora de determinar la estructura de cualquier relato

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