Nanorrelatos y microrelatos
Los nanorrelatos son historias en su mínima expresión. Por lo general, un nanorrelato consta de una única línea de texto, aparte de la del título, o bien de varias líneas cortas. En este último caso suelen corresponderse con las citas de un diálogo breve. Por término medio, un nanorrelato está redactado con unas 10 palabras (incluidas las del título).
Microrrelato (microcuento, cuento brevísimo
o minicuento) son las denominaciones dadas para un conjunto de obras
diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido.[] La obra de patriarcas del género
como pudieron ser Juan José Arreola, Leopoldo
Lugones, Augusto Monterroso, o los propios Borges
y Cortazar,
a lo largo del siglo XX, ha provocado que se haya desarrollado con especial
dedicación en Hispanoamérica, donde es un ejercicio literario muy popular.
Principales características
Los rasgos aplicables al
microrrelato son varios. En “El microrrelato y la teoría de los géneros” (2008),
David Roas
distingue una amplia lista de rasgos discursivos, formales, temáticos y
pragmáticos. Algunos de estos incluyen:
Rasgos
discursivos: narratividad, hiperbrevedad, concisión. etc.
Rasgos
formales: estructura simple, personajes mínimamente caracterizados, espacios
esquemáticos, condensación temporal, etc.
Rasgos
temáticos: intertextualidad, metaficción, ironía, parodia, humor, etc.
Rasgos
pragmáticos: exigencia de un lector activo.
Brevedad
La brevedad, noción que también
aplica al cuento, es el rasgo más obvio de este tipo de textos. Sin embargo, es
una característica bastante subjetiva, ya que existen microrrelatos de más de
una página. Contar el número de palabras es sólo una forma de ilustrar el
concepto de brevedad. Justamente por el carácter subjetivo de este criterio,
algunos críticos, como David Roas y David Lagmanovich prefieren hablar de
"concisión". Lagmanovich también observa que aunque la brevedad es
una “condición absolutamente primaria de todo microrrelato, ésta es
insuficiente por sí sola para establecer sus características". Como texto
breve, el microrrelato depende mucho de su paratexto.
De ahí la pertinencia de los títulos, que pueden ayudar a la focalización o a
completar aquello que, por la brevedad, no se dice. En algunos casos son
imprescindibles para completar el sentido. También es cierto que varios
microrrelatos carecen de título, hecho que parece plantear la expectativa de
que sea el lector quien "abra" o "expanda" el relato
presente en este tipo de narrativa.
Intertextualidad
La intertextualidad
es una característica esencial en el microrrelato para lograr la economía o
síntesis verbal.
La intertextualidad
es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos
(orales o escritos), ya sean contemporáneos o anteriores; el conjunto de textos
con los que se vincula explícita o implícitamente un texto constituye un tipo
especial de contexto, que influye tanto en la producción como en
la comprensión del discurso.
Elipsis
La elipsis se refiere a la
omisión, los vacíos y el silencio que practica el género. Para críticos como
Irene Andres-Suárez, la dependencia del microrrelato con respecto a la elipsis
explica la diferencia entre microrrelato y cuento ya que la intensificación de
la elipsis generó, en un momento dado, una reacción en cadena que terminó
afectando a su estructura profunda, es decir, la diferencia cuantitativa se
volvió cualitativa, dando como resultado un modelo textual diferente [...]; el
proceso sería equivalente al que se dio en su día en la novela corta respecto
de la larga
En esencia, me parece que no existe, hoy por hoy, ninguna
diferencia entre cuento y relato, a la hora de designar el cuento literario, al
menos en el castellano que se habla en España
Publicado por Fernando Valls
Etiquetas: Son cuentos
No hay comentarios:
Publicar un comentario