Narrativa: Cuento y Relato
Para el profesor Fernando Valls, de la
Universidad de Barcelona: “no existe, hoy por hoy, ninguna diferencia entre cuento
y relato,
a la hora de designar el cuento literario, al menos en el castellano que se
habla en España. Quizá no resulte inútil del todo saber que el término cuento
ya se usaba en el siglo XIX para designar la narrativa breve, conviviendo con
otros como relación,
que Fernán Caballero opone a cuento popular, y leyenda (Bécquer); mientras que el concepto de relato,
tal y como lo entendemos hoy, aparece en los últimos años sesenta. Tal vez
porque entonces se pensó que cuento era un término con demasiados significados (los
cuentos destinados a los niños o los relatos de patrañas, sentido en que lo
utiliza Clarín cuando titula su libro, El señor y lo demás son cuentos). Por esta razón, por
sus componentes peyorativos, tanto de cuento como de cuentista, el narrador Fernando Quiñones pedía en 1988
que se sustituyera por relato”
¿Cuál es la diferencia entre
cuento y relato?
La narración oral y escrita en forma de cuento
y relato existe desde tiempos inmemorables, pero tienen sutiles
diferencias que vale la pena destacar.
Los escritores profesionales están divididos al respecto. Algunos piensan que no se les debe diferenciar, mientras que otros simplifican el asunto a que el relato está dividido por capítulos, mientras que el cuento mantiene la estructura teatral tradicional.
Los escritores profesionales están divididos al respecto. Algunos piensan que no se les debe diferenciar, mientras que otros simplifican el asunto a que el relato está dividido por capítulos, mientras que el cuento mantiene la estructura teatral tradicional.
Lo cierto es que un cuento es una
narración estructurada en la práctica totalidad de los casos por inicio o
introducción, nudo y desenlace o solución. Está arraigado en la mayoría de
casos en la cultura popular y suele tener un carácter de doctrina, con moraleja
final incluida, lo que lo convierte en idóneo para público infantil.
El relato comparte con el cuento una
narración breve, menor incluso que una novela corta, pero no suele mantener la
misma estructura. Algunos relatos escritos ni siquiera tienen
desenlace ni mucho menos moraleja.
Además el relato destaca por su
heterogeneidad de género, pudiendo abarcar prácticamente cualquier estilo e
incluso varios registros literarios.
Sin embargo, en el registro oral, el relato suele
ser simplemente la narración de algo sucedido de lo que el narrador ha sido
testigo o ha recibido la información.
Relato y microrrelato: diferencias
Una duda habitual es la dificultad para diferenciar
entre relato y microrrelato. O, lo que es lo mismo, conocer el criterio de extensión
que distingue a uno de otro, y sus características.
Para arrojar un poco de luz sobre estas dos
composiciones narrativas empezaremos diciendo que no hay límite de líneas o
páginas que defina ninguna de estas denominaciones. Incluso tenemos otros términos,
como relato
hiperbreve, que se asigna a la narraciones entre media y una página.
Ante esta falta de claridad para definir la longitud de un microrrelato,
podemos decir, como orientación, que un micro o minirrelato es lo que va desde
una línea hasta no más de diez o quince (normalmente 2, 3,… 5 líneas).
El tema del
relato o cuento (de las dos maneras lo podemos nombrar) ya es más
complejo, porque en realidad ese concepto lo asociamos a lo breve; pero es
breve no porque sí, sino porque cumple con unos requisitos: el relato es corto
porque no se sale de una idea concreta, y también porque no describe con
amplitud, no incluye reflexiones (excepto si están al servicio de la idea que
mueve la historia) y, sobre todo (fundamental), porque los personajes están al
servicio de esa idea y no nos interesa nada más de ellos. En cuanto nos metemos
en la vida de los personajes, en lo que piensan, en su pasado o futuro, sus
relaciones, etcétera, estamos entrando en estructura de novela. Lógicamente, si
entramos en tanto detalle, la narración va a ser extensa; mientras que si nos
centramos en una idea, en un suceso, el relato o cuento va a ser breve. Julio
Cortázar decía que un relato es como una fotografía, de la cual no nos
salimos; y que en cuanto intentábamos mostrar más de una foto a la vez, ya no
era un relato.
Lo normal es
que un relato tenga desde una página hasta diez o incluso veinte. Algunos,
excepcionalmente, podrán llegar a 30 o 40. Hablar de más de 50 ya nos hace
pensar en una novela corta. Pero insistimos en que no es por la extensión,
si un relato de 40 páginas entra mucho en la vida, pensamientos, reflexiones y
detalles de personajes, no sería en realidad un relato, sino que habría que
repasarlo y ceñirse a la unidad de efecto, a una sola idea, sin interesarnos lo
que a los personajes les ocurrió antes ni lo que les sucederá después.
Por concepto, un relato podría tener 100 páginas, pero
no es normal; por ejemplo, La metamorfosis, de Kafka, es en realidad un
relato en cuanto a su estructura, ya que no entra en la vida del personaje,
sino en un hecho puntual que afecta a ese personaje, y del cual no se sale. En
cualquier caso, siempre vamos a llamar novela a una narración con cien páginas,
porque el nombre de novela lo asociamos a su extensión; de la misma forma que
no llamamos novela a un texto de 3 o 10 páginas.
En resumen:
Novela: narración extensa
porque se interesa por la vida de los personajes, no se detiene en una única
idea o suceso e incluye muchos detalles, descripciones y reflexiones. Sería
como un álbum de fotos que nos muestra diversos instantes o sucesos.
Relato: narración de
extensión breve que muestra un suceso, y que no se sale de la idea que ha
generado la historia, con una estructura de planteamiento (ocurre algo que es
habitual), nudo o conflicto (algo se sale de lo habitual) y final o desenlace.
Sería como una única foto que nos muestra un único instante o suceso.
Microrrelato: narración de
extensión muy breve, mínima, en donde la idea se resuelve con mucha rapidez.
La estructura de planteamiento, nudo y desenlace une sus tres partes y los
plantea y resuelve al mismo tiempo; a veces en forma de “juego” o de curiosidad
para el lector. Sería como un destello, un fogonazo, el flash de una foto
que nos impacta en un momento, a veces incluso sin precisar un suceso.
Autor del artículo: el profesor Ramón Alcaraz.
Autor del artículo: el profesor Ramón Alcaraz.
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