lunes, 6 de febrero de 2017


Narrativa: Cuento y Relato

Para el profesor Fernando Valls, de la Universidad de Barcelona: “no existe, hoy por hoy, ninguna diferencia entre cuento y relato, a la hora de designar el cuento literario, al menos en el castellano que se habla en España. Quizá no resulte inútil del todo saber que el término cuento ya se usaba en el siglo XIX para designar la narrativa breve, conviviendo con otros como relación, que Fernán Caballero opone a cuento popular, y leyenda (Bécquer); mientras que el concepto de relato, tal y como lo entendemos hoy, aparece en los últimos años sesenta. Tal vez porque entonces se pensó que cuento era un término con demasiados significados (los cuentos destinados a los niños o los relatos de patrañas, sentido en que lo utiliza Clarín cuando titula su libro, El señor y lo demás son cuentos). Por esta razón, por sus componentes peyorativos, tanto de cuento como de cuentista, el narrador Fernando Quiñones pedía en 1988 que se sustituyera por relato

 

¿Cuál es la diferencia entre cuento y relato?

La narración oral y escrita en forma de cuento y relato existe desde tiempos inmemorables, pero tienen sutiles diferencias que vale la pena destacar.
Los escritores profesionales están divididos al respecto. Algunos piensan que no se les debe diferenciar, mientras que otros simplifican el asunto a que el relato está dividido por capítulos, mientras que el cuento mantiene la estructura teatral tradicional.

Lo cierto es que un cuento es una narración estructurada en la práctica totalidad de los casos por inicio o introducción, nudo y desenlace o solución. Está arraigado en la mayoría de casos en la cultura popular y suele tener un carácter de doctrina, con moraleja final incluida, lo que lo convierte en  idóneo para público infantil.

El relato comparte con el cuento una narración breve, menor incluso que una novela corta, pero no suele mantener la misma estructura. Algunos relatos escritos ni siquiera tienen desenlace ni mucho menos moraleja.

Además el relato destaca por su heterogeneidad de género, pudiendo abarcar prácticamente cualquier estilo e incluso varios registros literarios.

Sin embargo, en el registro oral, el relato suele ser simplemente la narración de algo sucedido de lo que el narrador ha sido testigo o ha recibido la información.

 

 

Relato y microrrelato: diferencias

Una duda habitual es la dificultad para diferenciar entre relato y microrrelato. O, lo que es lo mismo, conocer el criterio de extensión que distingue a uno de otro, y sus características.

Para arrojar un poco de luz sobre estas dos composiciones narrativas empezaremos diciendo que no hay límite de líneas o páginas que defina ninguna de estas denominaciones. Incluso tenemos otros términos, como relato hiperbreve, que se asigna a la narraciones entre media y una página. Ante esta falta de claridad para definir la longitud de un microrrelato, podemos decir, como orientación, que un micro o minirrelato es lo que va desde una línea hasta no más de diez o quince (normalmente 2, 3,… 5 líneas).

El tema del relato o cuento (de las dos maneras lo podemos nombrar) ya es más complejo, porque en realidad ese concepto lo asociamos a lo breve; pero es breve no porque sí, sino porque cumple con unos requisitos: el relato es corto porque no se sale de una idea concreta, y también porque no describe con amplitud, no incluye reflexiones (excepto si están al servicio de la idea que mueve la historia) y, sobre todo (fundamental), porque los personajes están al servicio de esa idea y no nos interesa nada más de ellos. En cuanto nos metemos en la vida de los personajes, en lo que piensan, en su pasado o futuro, sus relaciones, etcétera, estamos entrando en estructura de novela. Lógicamente, si entramos en tanto detalle, la narración va a ser extensa; mientras que si nos centramos en una idea, en un suceso, el relato o cuento va a ser breve. Julio Cortázar decía que un relato es como una fotografía, de la cual no nos salimos; y que en cuanto intentábamos mostrar más de una foto a la vez, ya no era un relato.

Lo normal es que un relato tenga desde una página hasta diez o incluso veinte. Algunos, excepcionalmente, podrán llegar a 30 o 40. Hablar de más de 50 ya nos hace pensar en una novela corta. Pero insistimos en que no es por la extensión, si un relato de 40 páginas entra mucho en la vida, pensamientos, reflexiones y detalles de personajes, no sería en realidad un relato, sino que habría que repasarlo y ceñirse a la unidad de efecto, a una sola idea, sin interesarnos lo que a los personajes les ocurrió antes ni lo que les sucederá después.

Por concepto, un relato podría tener 100 páginas, pero no es normal; por ejemplo, La metamorfosis, de Kafka, es en realidad un relato en cuanto a su estructura, ya que no entra en la vida del personaje, sino en un hecho puntual que afecta a ese personaje, y del cual no se sale. En cualquier caso, siempre vamos a llamar novela a una narración con cien páginas, porque el nombre de novela lo asociamos a su extensión; de la misma forma que no llamamos novela a un texto de 3 o 10 páginas.

En resumen:

Novela: narración extensa porque se interesa por la vida de los personajes, no se detiene en una única idea o suceso e incluye muchos detalles, descripciones y reflexiones. Sería como un álbum de fotos que nos muestra diversos instantes o sucesos.

Relato: narración de extensión breve que muestra un suceso, y que no se sale de la idea que ha generado la historia, con una estructura de planteamiento (ocurre algo que es habitual), nudo o conflicto (algo se sale de lo habitual) y final o desenlace. Sería como una única foto que nos muestra un único instante o suceso.

Microrrelato: narración de extensión muy breve, mínima, en donde la idea se resuelve con mucha rapidez. La estructura de planteamiento, nudo y desenlace une sus tres partes y los plantea y resuelve al mismo tiempo; a veces en forma de “juego” o de curiosidad para el lector. Sería como un destello, un fogonazo, el flash de una foto que nos impacta en un momento, a veces incluso sin precisar un suceso.
Autor del artículo: el profesor Ramón Alcaraz.

 

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