martes, 28 de febrero de 2017


Siete pasos para escribir microrrelatos

Entrega 4

1. Una idea concreta

Para escribir microrrelatos es mejor centrarse en ideas concretas, buscar un aspecto preciso de algo complejo y centrarse en ello.

Por ejemplo, para describir la relación entre padres e hijos podría hacer falta una novela. Pero si te centras en una única faceta de esa temática, puedes concretar una historia con pocas palabras. Piensa en el momento de entregar las notas a tus padres, o tus sentimientos cuando tus padres te excluían de sus conversaciones importantes, o el aburrimiento en el coche mientras tu madre conducía.

2. Sin preámbulo

En el microrrelato no puedes desperdiciar palabras en presentar la historia. Esta debe quedar esbozada de manera sucinta o bien desprenderse del contexto. Otra opción es utilizar el título para que este actúe como preámbulo aclaratorio.

3. Comenzar en el medio de la acción

Como ya hemos visto, en el microrrelato hay que ir al grano: van a ejecutar a un hombre, una bomba acaba de ser desconectada, hay un monstruo en el sótano... Debes describir lo esencial, pero haciéndolo de tal manera que al lector le resulte fácil completar los espacios en blanco de la historia.

4. Centrarse en una imagen

Uno de los pasos más importantes para escribir microrrelatos es la evocación. Al contrario que en el relato o en la novela, el microrrelato discurre en un único espacio. Por eso tienes que lograr hacer ese espacio presente mediante una imagen potente, con un gran poder evocador, que se dibuje de forma nítida en la mente del lector.

5. Mantener el misterio

El microrrelato permite como ningún otro género jugar con el lector, hacerle participar. Debes tratar de incluir en la historia una pequeña dosis de tensión o misterio y mantenerla hasta el final.

Hay que lograr que el lector conjeture cuál será la resolución, incluso engañarle para que piense en un determinado final. Después podrás sorprenderle con algo inesperado.

6. Usar referencias alusivas

Mediante el uso de referencias a historias, personajes o ideas que permanecen en el imaginario colectivo te puedes ahorrar muchas palabras.

Por ejemplo, si tu historia sucede en el Titanic el contexto y el final estarán claros para el lector desde un principio. Cuidado no obstante con incluir referencias tan oscuras que el lector no pueda descifrarlas.

7. Vuelta de tuerca

Como hemos dicho, el final es la piedra angular del microrrelato. Como debe tener un importante ingrediente de sorpresa, es fundamental saber aplicar una vuelta de tuerca que de un vuelco a la historia e introduzca un final chocante.

 

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