Siete pasos para escribir microrrelatos
Entrega 4
1. Una idea concreta
Para escribir microrrelatos es mejor centrarse en ideas concretas,
buscar un aspecto preciso de algo complejo y centrarse en ello.
Por ejemplo, para describir la relación entre padres e hijos
podría hacer falta una novela. Pero si te centras en una única faceta de esa
temática, puedes concretar una historia con pocas palabras. Piensa en el
momento de entregar las notas a tus padres, o tus sentimientos cuando tus
padres te excluían de sus conversaciones importantes, o el aburrimiento en el
coche mientras tu madre conducía.
2. Sin preámbulo
En el microrrelato no puedes desperdiciar palabras en presentar la
historia. Esta debe quedar esbozada de manera sucinta o bien desprenderse del
contexto. Otra opción es utilizar el título para que este actúe como preámbulo
aclaratorio.
3. Comenzar en el medio de la acción
Como ya hemos visto, en el microrrelato hay que ir al grano: van a
ejecutar a un hombre, una bomba acaba de ser desconectada, hay un monstruo en
el sótano... Debes describir lo esencial, pero haciéndolo de tal manera que al
lector le resulte fácil completar los espacios en blanco de la historia.
4. Centrarse en una imagen
Uno de los pasos más importantes para escribir microrrelatos es la
evocación. Al contrario que en el relato o en la novela, el microrrelato
discurre en un único espacio. Por eso tienes que lograr hacer ese espacio
presente mediante una imagen potente, con un gran poder evocador, que se dibuje
de forma nítida en la mente del lector.
5. Mantener el misterio
El microrrelato permite como ningún otro género jugar con el
lector, hacerle participar. Debes tratar de incluir en la historia una pequeña
dosis de tensión o misterio y mantenerla hasta el final.
Hay que lograr que el lector conjeture cuál será la resolución,
incluso engañarle para que piense en un determinado final. Después podrás
sorprenderle con algo inesperado.
6. Usar referencias alusivas
Mediante el uso de referencias a historias, personajes o ideas que
permanecen en el imaginario colectivo te puedes ahorrar muchas palabras.
Por ejemplo, si tu historia sucede en el Titanic el contexto y el
final estarán claros para el lector desde un principio. Cuidado no obstante con
incluir referencias tan oscuras que el lector no pueda descifrarlas.
7. Vuelta de tuerca
Como hemos dicho, el final es la piedra angular del microrrelato.
Como debe tener un importante ingrediente de sorpresa, es fundamental saber
aplicar una vuelta de tuerca que de un vuelco a la historia e introduzca un
final chocante.
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