martes, 16 de mayo de 2017


EL BASTARDO

Sir Helder Amos | jueves, mayo 04, 2017 |

Cuando llegó a casa, un poco después de la medianoche, su mujer lo estaba esperando con la cena servida.

- Discúlpame por llegar tan tarde, amor, pero surgió algo en la oficina y tuvimos que trabajar un par de horas extras.
- Pero, ¿estás bien, querido? -le preguntó su mujer, preocupada-. Estás pálido y te ves muy abatido.
- Sí, estoy bien, amor, no pasa nada.
- Es por el bastardo ese, ¿no?
- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo lo sabes?!
- Pues, porque desde que conocí a tu nuevo jefe me dio la impresión de que era un mal tipo.
- ¿Mi jefe?
- Sí, el bastardo ese... -bufó la mujer-. Es un idiota, querido, no dejes que te presione, tu eres un excelente trabajador y un gran hombre -añadió, dándole un beso.
- Sí, sí, es un bastardo -balbuceó el hombre, soltando un suspiro de alivio, mientras se metía la mano en el bolsillo del pantalón y apretaba, fuertemente, la prueba de embarazo positiva que le acababa de dar su otra mujer.

Fin.

 

LA SIESTECITA DE MAMÁ

Sir Helder Amos | viernes, abril 28, 2017 |

Cuando el pequeño escuchó las llaves y la perilla de la puerta girar, corrió hasta ella y se abalanzó sobre su padre.

- ¡Papi! ¡Papi! ¡Al fin llegaste! ¡Me sentía tan solo y aburrido!
- ¿Y eso por qué, campeón? ¿Dónde está tu mamá? -le preguntó, consternado, mientras lo abrazaba y le daba un par de coscorrones cariñosos.
- Está durmiendo.
- ¿Está durmiendo?... ¡Qué raro!... Si tu mamá nunca duerme de día.
- Sí, papi, está durmiendo, cuando terminé de jugar la encontré tomando una siestecita en el piso de la cocina, y no quise despertarla porque creo que estaba soñando, se veía tan linda y feliz.
- ¡¿Có-cómo dices?! -titubeó y, palideciendo, corrió a la cocina, donde encontró a su mujer tirada en el suelo justo como su hijo le había dicho.
- ¿Qué pasa, papá? -le preguntó, confundido, cuando lo alcanzó y lo encontró arrodillado junto al cuerpo de su madre-. ¿Qué pasa?... ¿Por qué lloras, papá? -gimió el pequeño, antes de romper en llanto, sin comprender lo que había sucedido.

Fin.

EL SUPERVIVIENTE

Sir Helder Amos | martes, abril 25, 2017 |

Dos años después, cuando me lo encontré en aquella fiesta, no podía creer lo que veían mis ojos: ¡estaba vivo!, y no solo eso, estaba comiendo, bebiendo y riendo como antes.

Emocionada, corrí a él y le di un fuerte abrazo, a pesar de la mirada matadora que me lanzó la chica que lo acompañaba.

- Sabía que lo lograrías -le susurré al oído-. Nadie muere por amor.

Fin.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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